Helena Trujillo
Puede ser duro, pero merece la pena
17.05.2018
Del mismo modo que nos atraemos la hostilidad del paciente al descubrir lo reprimido, la sociedad no puede pagarnos con simpatía la revelación de sus daños y de sus imperfecciones y nos acusa de socavar sus ideales.
Sin embargo, las verdades más espinosas acaban por ser escuchadas y reconocidas una vez que los intereses heridos y los afectos por ellos despertados han desahogado su violencia. Hemos de saber esperar.
La ventaja de las neurosis es un daño, tanto para el individuo como para la sociedad.
No podemos olvidar que la neurosis cumple una función protectora, es el desenlace menos perjudicial a su conflicto, pero a un precio demasiado caro.